Jardines constantemente pisoteados

Las actitudes incívicas en esta ciudad no conocen límites (y mucho nos tenemos que el Ayuntamiento no está muy por la labor de ponerlos).

Las fotos de este post se corresponden con la plaza de Mina donde podemos ver cómo los niños, convertidos en una suerte de potenciales futuros vándalos, abre la mirada complaciente de sus también maleducados padres, saltan las vayas que protegen los parterres para pisotear el césped y las flores de temporada que han sido plantadas.

Esta deplorable actitud seguirá teniendo continuidad en el tiempo mientras no haya vigilancia y no se impongan las debidas medidas coercitivas a los progenitores. Mientras tanto, al Ayuntamiento le sale más barato pedir respeto en lugar de actuar con contundencia. Ciudad sin ley.