En la calle Plocia, frente al callejón de los Negros, existe una farola de dos brazos que ha perdido un punto de luz. El otro, incluso, ha perdido la corona ornamental que lo remataba.
Sin embargo, llama la atención que se permita la instalación en la misma de un antiestético foco, más propio de un polígono industrial que de un casco histórico.
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